sábado, 15 de diciembre de 2007

Moraleja

Estaba un sacerdote conduciendo hacia su parroquia y en la carretera se encuentra con una monja conocida, para y le dice:
"Madre, suba que la llevo al convento".

La monja sube y se sienta en el asiento del copiloto, hace un cruce de piernas y el habito se le abre un poquito y se le ve la pierna.

El padre se le queda mirando y sigue manejando, al rato le toca la pierna y la monja le dice:
"Padre acuérdese del Salmo 129".

El Padre le pide disculpas y sigue manejando.

Al rato otra vez le toca la pierna y la monja le dice:
"Padre, acuérdese del Salmo 129".

El Padre se excusa diciendo:
"Perdóneme Hermana, pero usted sabe, la carne es débil".

Después de un rato la monja se baja y el Padre llega a su parroquia. Va rápidamente a buscar en la Biblia, el Salmo 129. Encuentra el Salmo que dice...
"Seguid buscando y allá arriba encontrareis la Gloria..."

MORALEJA para los HOMBRES:

¡Entiendan de una vez por todas que las mujeres jamás les van a decir que SÍ directamente!

MORALEJA para las MUJERES:

Si no se quieren quedar con las ganas... ¡¡¡HABLEN CLARO!!!

AMEN............

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