martes, 25 de diciembre de 2007

El niño

El pobre padre, esperando en la sala de Maternidad a que nazca su primer hijo. El hombre se fumaba hasta las cortinas, de puro nervioso. En esto que llega la enfermera con un precioso niño en brazos, rubito, regordete, dormidito...

- ¿Esteban González ? - pregunta la enfermera.
- ¡Sí, sí, soy yo! ¿Es esa preciosidad mi hijo? - pregunta el ansioso padre.
- Sí... - responde la enfermera.

Pero en éstas que coge al niño por las piernas y, sin dar tiempo a reaccionar al padre, empieza a darle de hostias contra la pared. ¡BLAM, BLAM! El niño empezó a sangrar como un descosido por todo el cuerpo. El padre, atónito, estupefacto, con dos lagrimones como dos mandarinas, asiste al espectáculo. ¡BLAM, BLAM ! La pared empieza a tomar un color rojo brillante, y la cal empieza a saltar del muro. ¡BANG! La cabeza del niño explota en un amasijo sanguinolento. Por último la enfermera, en el colmo de la crueldad, hace un amasijo con el niño, lo bota tres veces y lo tira a la papelera que había justamente a 6,25 metros del lugar.

- Mire, he conseguido tres puntos - se permitió el lujazo de apuntillar la enfermera.

El padre, al borde de un ataque de histeria, empezó a llamar de todo a la enfermera: "¡HIJA DE PUTAAAA! ¡ASESINAAAAAA! ¡¿POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉEEEEEEE ?!

Y la enfermera responde: "¡Que era broma, señor González! ¡Que el niño ya estaba muerto cuando nació!"

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